Una de las primeras preguntas a la hora de elegir las ventanas a instalar en nuestro hogar es el material del que van a estar fabricadas. En la última década, las ventanas de PVC han sustituido progresivamente a las de aluminio, y ello por varias razones.

El resumen podría ser que en general, se prefiere las ventanas de PVC porque aíslan más y son más económicas. Pero esta afirmación merece una explicación.

PVC es la denominación por la cual se conoce el policluro de vinilo, un plástico que surge a partir de la polimerización del monómero de cloroetileno (también conocido como cloruro de vinilo). Los componentes del PVC derivan en un 57% cloruro de sodio (sal) y del petróleo, e incluyen cloro, hidrógeno y carbono.

En su estado original, el PVC es un polvo amorfo y blanquecino. La resina resultante de la mencionada polimerización es un plástico que puede emplearse de múltiples maneras, ya que permite producir objetos flexibles o rígidos.

Veamos otros de los principales rasgos del PVC:

  • Buen aislante y por eso se utiliza para la protección de cables eléctricos, tanto en hogares como oficinas e incluso en el ámbito industrial.
  • Muy duradero, como se puede apreciar en productos tales como marcos de ventanas y puertas o tuberías, algunos de los cuales se mantienen en buen estado durante más de seis décadas.
  • No se prende fuego con facilidad ni es propenso a la autocombustión, gracias a los átomos de cloro que lo componen. Además, en caso de incendio, el fuego desaparece cuando se retira la fuente de calor.
  • Resiste muy bien la corrosión y pesa poco.
  • Muy resistente a la abrasión (el desgaste que se da a causa de la fricción entre dos superficies).
  • Muy resistente al impacto y a la influencia de fuerzas externas (fuerza mecánica), lo cual lo vuelve muy adecuado para su uso en los ámbitos de la construcción y la edificación.
  • Versátil y admite la combinación con un gran número de aditivos;
  • Inerte y estable, razón por la cual se usa mucho en productos que tienen como prioridad la higiene, como pueden ser las bolsas para sangre y hemoderivados, las tuberías para transportar agua potable y los catéteres.

El PVC es, en sí mismo un material aislante, solemos utilizar el ejemplo de una sartén o en una olla a presión: el mango es de material plástico, pero donde se produce la cocción es en la parte metálica.

Esto mismo pasa en la ventana, el marco, que supone entre un 15 y un 20 % de la superficie total de la ventana, desempeña un papel importante en el aislamiento.

En sus primeras versiones el PVC tenía algunos inconvenientes con respecto al aluminio:

  1. La gama de colores del aluminio era mucho más amplia, en la actualidad el PVC puede servirse en cualquier color e incluso texturas que imitan la madera.
  2. El PVC blanco “amarilleaba”, la composición actual de la mayoría de perfiles evita ese efecto.
  3. El PVC era menos rígido que el aluminio, por eso llevaban refuerzo de acero galvanizado. Ahora sistemas como linktrusion de Deceuninck que utilizan la fibra de vidrio para lograr las mismas prestaciones.
  4. El reciclado: todos los perfiles de PVC se reciclan, de hecho se vuelven a utilizar para la producción de nuevos perfiles.

¿Ventajas del aluminio? Fundamentalmente vienen de ser un metal.

  • Robustez, necesita menos espesor que el PVC.
  • Esbeltez, elegancia, en algunas aplicaciones nos resulta más atractivo que el PVC.
  • Aislamiento: existen roturas de puente térmico (RPT) que mediante una poliamida, algo bastante parecido al plástico, consiguen el mismo aislamiento de PVC.

¿Qué pondrías tú en tu casa?

A esta pregunta, mi respuesta es: para una vivienda normal, pondría sin dudar PVC. Si tuviese que poner una puerta de grandes dimensiones, lo haría con aluminio.

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