¿Sabías que el PVC se descubrió hasta 3 veces?
El PVC con acabado flexible permite fabricar delantales, catéteres, manteles, juguetes, mangueras, suelas de calzado y otros muchos objetos cotidianos.
En modo rígido podemos encontrarlo en tuberías, envases, mobiliario, tarjetas de crédito y, por supuesto, ventanas. Una de sus grandes ventajas es que es un material termoplástico, es decir, sometido a altas temperaturas se vuelve blando y se puede moldear con facilidad, permitiendo realizar diferentes formas. Una vez se enfría, recupera su rigidez conservando la nueva forma, superando así las limitaciones de otros materiales de construcción.
La obtención del PVC se produjo por primera vez en Alemania, de manera fortuita, como ha pasado con otros grandes inventos, y tuvo que pasar casi un siglo hasta que un químico americano supo ver todas las posibilidades de este producto.
El PVC se ha inventado hasta tres veces
En 1835, el alemán Justus Von Liebig descubrió el monómero del cloruro de vinilo. Pero, al no verle utilidades claras, permitió que el estudiante Henri Victor Regnault experimentase con él. Fue Regnault quien logró la primera transformación del cloruro de vinilo en PVC mediante la polimerización y ha pasado a la historia como el primer creador de PVC. En 1872 el científico Eugene Baumann, también alemán, hizo el mismo descubrimiento, sin conocer los trabajos de Regnault. Aunque tampoco fue capaz de ver su potencial.
A finales del siglo XIX y principios del XX, el gas cloro suponía un importante problema de contaminación. Buscando una manera de almacenar este gas contaminante, Fritz Klatte obtuvo en 1913 los mismos resultados que Regnault y Baumann. Klatte llegó a patentar su creación, aunque finalmente la patente expiró al no encontrarle utilidad alguna a su descubrimiento, tal y como había ocurrido con sus predecesores.
El verdadero descubridor del PVC
Fue Waldo Lonsbury Semon quien, buscando nuevos recubrimientos de caucho sintético sobre metales, empezó a experimentar con los polímeros orgánicos sintéticos, incluyendo el cloruro de polivinilo o PVC, un experimento de laboratorio sin ningún valor en aquella época.
En su búsqueda, Waldo logró una gelatina elástica sin propiedades adhesivas que no servían para su objetivo, pero aún así siguió experimentando. Tras varios intentos, en una primera fase consiguió transformar el gel en un tejido no conductor, resistente al agua y con buenas propiedades mecánicas y, por fin, surgieron los primeros usos: impermeables, cortinas de ducha y paraguas.
Posteriormente logró moldearlo con cualquier forma y grosor y llegaron las protecciones para mangos de herramientas, las suelas de zapatos y los cables, entre tantas otras aplicaciones. Waldo Lonsbury Semon patentó su descubrimiento en 1933.
Actualmente el PVC es el segundo polímero de mayor producción en el mundo. Se trata de un material joven pero que puede competir con la madera y el aluminio para la fabricación de ventanas por sus grandes propiedades aislantes, su ligereza y sus posibilidades estéticas. Visita nuestro showroom y te mostraremos todas las posibilidades del PVC.